
El Gobernador del Banco de España, Hernández de Cos, desaconseja subir las pensiones en este año con el IPC de inflación y llama a incluir a los jubilados en el necesario pacto de rentas con trabajadores y empresarios ante la situación económica. Esto lo dice un tipo cuyo sueldo anual ronda los 200.000 euros más incentivos y que tendrá asegurado un retiro laboral económico holgado, por no decir muy desahogado. No se recuerda que Hernández de Cos, como tampoco ninguno de los predecesores en el cargo, haya dado ninguna buena noticia a trabajadores y pensionistas.
Los malos presagios a que nos tiene acostumbrado el Banco de España que no se han cumplido, como lo vaticinado con la subida del Salario Mínimo Interprofesional, no ha servido ni siquiera para que el Gobernador pida perdón por sus estimaciones erróneas, porque lo de dimitir en modo alguno entra en sus cálculos ni vaticinios.
Por su parte, que nada sorprende, el Presidente de la CEOE, Antonio Garamendi, quien aboga por recuperar el factor de sostenibilidad que pretendió instaurar el PP de Rajoy para evitar, según él, «llevar a la ruina» al sistema ante el aumento de la inflación. Garamendi se muestra preocupado por el aumento de la inflación, ya que originaría un aumento descontrolado del déficit del Estado al estar condicionada la subida de las pensiones al IPC, por lo que cree necesario ese factor de sostenibilidad que amortigue las pensiones de los nuevos pensionistas. Lo dice otro tipo cuyo sueldo supera los 200.000 euros y que su generosa pensión la tendrá asegurada en algún elitista plan o fondo de pensiones.
Asimismo, el líder de la patronal también avisó que indexar los salarios a la inflación provocaría «más cierres de empresas y más paro» porque las empresas no tienen capacidad para trasladar luego esas subidas a sus ventas. Por eso, pidió tener «mucho cuidado» en la negociación de los convenios. Garamendi ve en estos vaticinios la oportunidad para cargarse la negociación colectiva que él mismo ha aprobado en la recién reforma laboral.
La CEOE se suma así al debate abierto por el Banco de España, que desaconsejó una subida generalizada de las pensiones con el IPC y propone incluir a los jubilados en el supuesto futuro pacto de rentas. Algo que se ha encontrado con el rechazo del Gobierno, sobre todo con el socio minoritario UP, que insiste en que las pensiones se revalorizarán con el IPC anual, de noviembre a noviembre, como marca la ley recién reformada.
El supuesto nuevo PP de Feijóo se limita a proponer una bajada de impuestos en el IRPF que, según ha trascendido, solo supondría una bajada de 30 euros anual de media a las rentas más bajas que supondría recortes en sanidad, educación y dependencia al bajar la recaudación. Una merma en la recaudación que serviría como excusa a las derechas para hacer suyas las recomendaciones y supuestas preocupaciones del BE y CEOE, respectivamente respecto a las subidas salariales y de pensiones y las pondrían en práctica de llegar al gobierno de la nación en 2023.
Estas cuestiones y no otras son las que, trabajadores y pensionistas, deben tener en cuenta a la hora de votar en las próximas elecciones, ya sean autonómicas o generales y no se dejen enredar con discursos identitarios y vacuas apelaciones a una libertad que solo pretenden entretener y dispersar la atención sobre lo verdaderamente importante.
Puño en Alto
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